26 de abril de 2011. Long Beach, California.
-Jeremy… no me ha llamado, Lilly. ¿Por qué lo preguntas?
Los ojos de Lilly comenzaron a llenarse de lágrimas poco a
poco. Lilly sabía lo que eso significaba. No a ciencia cierta, pero sí sabía
que eso no era nada bueno. Lilly comenzó a llorar timidamente, mientras le
contó a John lo que Jeremy le dijo. Al oir las palabras de su chica, John y
Lilly fueron corriendo bajo la lluvia al acantilado, en plena noche. La lluvia
casi granizo golpeaba la cara de los dos amados, pero eso no importaba. Ahora
algo más importante rondaba sus cabezas.
Al llegar a la bahía, un reguero de sangre recorría la arena
hacia adentro. La casa abandonada se había reducido a cenizas, y sólo quedaba
el sótano de la casa. A lo lejos, se veían olas grandes viniendo hacia la
dirección de la pareja. Los truenos caían cada vez más cerca, y las aves huían
lejos de la zona. Los dos se agarraron la mano. John estaba aterrado, pero
quería mostrarse fuerte ante Lilly. Ella pretendía mantener la calma, sin
sobresaltar a John más de lo necesario. Pero pronto se agarró a su brazo y lo
empujó contra su pecho. Estaba aterrada. John la abrazó lo más fuerte que pudo,
quiso fundirla en su cuerpo y no soltarla jamás. Mientras olía su pelo, la
susurró al oido que todo iba a salir bien, y entonces divisió un cuerpo
levantándose en frente de la puerta. Era Samuel.
-¿Samuel, eres tú?
-¡Tú! ¡El otro chico! Llegas tarde, se han llevado a Jeremy.
Y no sé qué ha pasado con él. Intenté defenderle, intenté resistirme, pero esos
hijos de puta del FBI se lo han llevado. Y me han quemado la casa. ¡Ya no tengo
nada! Me prometieron riquezas, me prometieron poder… ¡Y no obtuve nada! Pues
ahora pagarán su error.
-¿De qué demonios hablas?
-Hablo de que esta puerta ha sido abierta en muchísimas
ocasiones en el pasado. Sólo sabemos de dos, pero muchas veces más se ha
abierto. ¡Una de las veces se desató la Revolución Francesa! Esta puerta es la
puta caja de Pandora, chico. Probablemente esta puerta produjo la desaparición
de los atlantes, de los mayas, de los dinosaurios… ¡Todas las catástrofes de la
historia! ¡Esta puerta representa el mal! ¡El mal en la Tierra!
-Un momento, me estás diciendo que todo lo que ha pasado ha
pasado porque esta puertaha sido abierta… ¿Hay algún tipo de comprobación
científica?
-¿Crees en Dios?
-Si…
-¿Y hay algún tipo de confirmación de que exista realmente?
-No…
-Hoy vamos a comenzar una nueva era. Vamos a abrir de nuevo
la puerta. Y esta vez, la dejaremos abierta. Vamos a acabar con la raza humana.
-Espera… ¡¿QUÉ?!
-El ser humano ha causado mucho mal. El puto poder nos
corrompe. Jesucristo murió a manos de su propio pueblo. Gente como Ghandi o
Martin Luther King murieron por nada. Y no son nadie al final. Somos una lacra,
y debemos acabar con nosotros mismos. Es lo que debemos hacer.
-Estás loco.
-Si. Pero los locos son los que pasan a la historia. Pronto,
Samuel L. Stewart pasará a ser el redentor de la raza humana. Y tú decides si
estás de mi lado o no. Mira… sé que todo esto es una locura. Jeremy no va a
volver, hazte a la idea. Y a este planeta le queda muy poco. Tanto por
cuestiones naturales, como políticas. El sol va a destruirlo todo en cuestión
de un año. Y los gobiernos van a matarse entre ellos en breves. No es de
extrañar que quiera salvar lo poco bello que queda. Al fin y al cabo, estamos
condenados.
-¿Y las inscripciones de la puerta?
-Chica, esas inscripciones son señales. Esta puerta fue
creada por extraterrestres.
-¿Extraterrestres?-Dijeron Lilly y John al unísono-Eso es
una locura.
-Bueno, realmente no son extraterrestres. La hizo Dios.
-Vale, tío, ahora sí que estás loco. Y no sé cómo pudo
creerte Jeremy.
-A veces, cuando estamos solos, y nadie nos cree, y nadie
nos respeta, y nadie nos quiere, y nos sentimos incomprendidos, necesitamos
atenernos a algo que nos mantenga con esperanzas. Unos optan por la religión.
Otros optamos por revelar la verdad. John, estamos muy cerca. Si no lo haces
por la raza humana, hazlo por Jeremy.
John lo comprendió por completo. Jeremy se sentía abandonado
por su mejor amigo desde el momento en el que comenzó a salir con Lilly. No
podía contarle esto a su familia, por eso recurrió a Internet. Y eso sólo
empeoró las cosas. Y ahora Jeremy estaba desaparecido. Un cambio se produjo
rapidamente en John, pero fue muy adelantado por…
-Si John no lo hace, lo haré yo.-Dijo Lilly decidida-Y si es
nuestro destino destruir la raza humana, lo haremos.
-No la destruiremos.-Dijo Samuel-No si conseguimos sustituir
el mal que provocaremos con un bien igual. Dos almas puras en simbiosis.
Vosotros. No sé que hay dentro. No sé siquiera si funcionará. Pero debemos
intentarlo. Ahora voy a abrir la puerta, escondéos detrás de mí. Estoy
malherido, pero aún puedo abrirla. No os preocupéis por mí, yo ya estoy muerto.
Los dos jóvenes obedecieron. Se colocaron detrás de Samuel,
que se acercó a la puerta, y en voz baja, comenzó a decir unas palabras:
-Los Sin Nombre que llegaron, a lomos de los corceles de
metal, empuñando sus armas insondables, acabando con lo impuro, doblegando a
los inciertos seres que habitan el nefasto mundo, dejaron esta puerta, a
sabiendas de que sería descubierta, para dar testimonio de su presencia en este
recóndito planeta. Volverán, y se llevarán a los puros. Dame tu fe, abrázame.
La puerta… se abrió. De repente, la gran piedra que parecía
inamovible, se partió en dos, y un pequeño surco se abrió entre los dos trozos.
Algo realmente hermoso. John y Lilly se miraron y, cogidos de la mano, entraron
en la zona. John y Lilly… Adán y Eva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario