martes, 18 de septiembre de 2012

Preludio II: Long Beach(parte4-final)


26 de abril de 2011. Long Beach, California.

-Jeremy… no me ha llamado, Lilly. ¿Por qué lo preguntas?

Los ojos de Lilly comenzaron a llenarse de lágrimas poco a poco. Lilly sabía lo que eso significaba. No a ciencia cierta, pero sí sabía que eso no era nada bueno. Lilly comenzó a llorar timidamente, mientras le contó a John lo que Jeremy le dijo. Al oir las palabras de su chica, John y Lilly fueron corriendo bajo la lluvia al acantilado, en plena noche. La lluvia casi granizo golpeaba la cara de los dos amados, pero eso no importaba. Ahora algo más importante rondaba sus cabezas.

Al llegar a la bahía, un reguero de sangre recorría la arena hacia adentro. La casa abandonada se había reducido a cenizas, y sólo quedaba el sótano de la casa. A lo lejos, se veían olas grandes viniendo hacia la dirección de la pareja. Los truenos caían cada vez más cerca, y las aves huían lejos de la zona. Los dos se agarraron la mano. John estaba aterrado, pero quería mostrarse fuerte ante Lilly. Ella pretendía mantener la calma, sin sobresaltar a John más de lo necesario. Pero pronto se agarró a su brazo y lo empujó contra su pecho. Estaba aterrada. John la abrazó lo más fuerte que pudo, quiso fundirla en su cuerpo y no soltarla jamás. Mientras olía su pelo, la susurró al oido que todo iba a salir bien, y entonces divisió un cuerpo levantándose en frente de la puerta. Era Samuel.

-¿Samuel, eres tú?
-¡Tú! ¡El otro chico! Llegas tarde, se han llevado a Jeremy. Y no sé qué ha pasado con él. Intenté defenderle, intenté resistirme, pero esos hijos de puta del FBI se lo han llevado. Y me han quemado la casa. ¡Ya no tengo nada! Me prometieron riquezas, me prometieron poder… ¡Y no obtuve nada! Pues ahora pagarán su error.
-¿De qué demonios hablas?
-Hablo de que esta puerta ha sido abierta en muchísimas ocasiones en el pasado. Sólo sabemos de dos, pero muchas veces más se ha abierto. ¡Una de las veces se desató la Revolución Francesa! Esta puerta es la puta caja de Pandora, chico. Probablemente esta puerta produjo la desaparición de los atlantes, de los mayas, de los dinosaurios… ¡Todas las catástrofes de la historia! ¡Esta puerta representa el mal! ¡El mal en la Tierra!
-Un momento, me estás diciendo que todo lo que ha pasado ha pasado porque esta puertaha sido abierta… ¿Hay algún tipo de comprobación científica?
-¿Crees en Dios?
-Si…
-¿Y hay algún tipo de confirmación de que exista realmente?
-No…
-Hoy vamos a comenzar una nueva era. Vamos a abrir de nuevo la puerta. Y esta vez, la dejaremos abierta. Vamos a acabar con la raza humana.
-Espera… ¡¿QUÉ?!
-El ser humano ha causado mucho mal. El puto poder nos corrompe. Jesucristo murió a manos de su propio pueblo. Gente como Ghandi o Martin Luther King murieron por nada. Y no son nadie al final. Somos una lacra, y debemos acabar con nosotros mismos. Es lo que debemos hacer.
-Estás loco.
-Si. Pero los locos son los que pasan a la historia. Pronto, Samuel L. Stewart pasará a ser el redentor de la raza humana. Y tú decides si estás de mi lado o no. Mira… sé que todo esto es una locura. Jeremy no va a volver, hazte a la idea. Y a este planeta le queda muy poco. Tanto por cuestiones naturales, como políticas. El sol va a destruirlo todo en cuestión de un año. Y los gobiernos van a matarse entre ellos en breves. No es de extrañar que quiera salvar lo poco bello que queda. Al fin y al cabo, estamos condenados.
-¿Y las inscripciones de la puerta?
-Chica, esas inscripciones son señales. Esta puerta fue creada por extraterrestres.
-¿Extraterrestres?-Dijeron Lilly y John al unísono-Eso es una locura.
-Bueno, realmente no son extraterrestres. La hizo Dios.
-Vale, tío, ahora sí que estás loco. Y no sé cómo pudo creerte Jeremy.
-A veces, cuando estamos solos, y nadie nos cree, y nadie nos respeta, y nadie nos quiere, y nos sentimos incomprendidos, necesitamos atenernos a algo que nos mantenga con esperanzas. Unos optan por la religión. Otros optamos por revelar la verdad. John, estamos muy cerca. Si no lo haces por la raza humana, hazlo por Jeremy.

John lo comprendió por completo. Jeremy se sentía abandonado por su mejor amigo desde el momento en el que comenzó a salir con Lilly. No podía contarle esto a su familia, por eso recurrió a Internet. Y eso sólo empeoró las cosas. Y ahora Jeremy estaba desaparecido. Un cambio se produjo rapidamente en John, pero fue muy adelantado por…

-Si John no lo hace, lo haré yo.-Dijo Lilly decidida-Y si es nuestro destino destruir la raza humana, lo haremos.
-No la destruiremos.-Dijo Samuel-No si conseguimos sustituir el mal que provocaremos con un bien igual. Dos almas puras en simbiosis. Vosotros. No sé que hay dentro. No sé siquiera si funcionará. Pero debemos intentarlo. Ahora voy a abrir la puerta, escondéos detrás de mí. Estoy malherido, pero aún puedo abrirla. No os preocupéis por mí, yo ya estoy muerto.

Los dos jóvenes obedecieron. Se colocaron detrás de Samuel, que se acercó a la puerta, y en voz baja, comenzó a decir unas palabras:

-Los Sin Nombre que llegaron, a lomos de los corceles de metal, empuñando sus armas insondables, acabando con lo impuro, doblegando a los inciertos seres que habitan el nefasto mundo, dejaron esta puerta, a sabiendas de que sería descubierta, para dar testimonio de su presencia en este recóndito planeta. Volverán, y se llevarán a los puros. Dame tu fe, abrázame.

La puerta… se abrió. De repente, la gran piedra que parecía inamovible, se partió en dos, y un pequeño surco se abrió entre los dos trozos. Algo realmente hermoso. John y Lilly se miraron y, cogidos de la mano, entraron en la zona. John y Lilly… Adán y Eva.

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