domingo, 24 de junio de 2012

El Santo Grial... ¿Objeto mágico?

Frente a la visión del Grial como objeto físico, encontramos otros estudiosos que lo interpretan como un símbolo. La creencia en un recipiente sagrado, provisto de propiedades mágicas no es exclusiva de la fe cristiana. Desde la antigüedad, casi todas las culturas han poseído tradiciones en las que se repite la imagen de un recipiente -ya sea bandeja, cuenco, caldero o copa- con propiedades sobrenaturales, cuyo significado es el del rejuvenecimiento, la inmortalidad y la transformación espiritual.
En la antigua Grecia, por ejemplo, existía la creencia de que Medea, la hechicera, había utilizado un caldero mágico para rejuvenecer al héroe Jasón hirviéndolo en su interior, y esta bruja se jactaba de poder convertir a un viejo carnero en un joven cordero mediante el mismo procedimiento.
También los celtas poseían creencias similares. Para éstos, el caldero mágico era un recipiente con el que conseguir el renacimiento, la inspiración y la abundancia. Según el escritor John Mathews, que ha investigado profundamente los mitos vinculados al Grial, "el símbolo del vaso sagrado en tanto que fuente de poder y causa de milagros es, por lo menos, tan antiguo como la Historia ( ... ), la literatura acerca del vaso surgió tan repentinamente que resulta inevitable suponer que se basaba en un conjunto bien definido de mitos orales".
Y, desde este punto de vista, todo parece indicar que las leyendas medievales son simplemente la "última manifestación" de un mito universal. Y, en efecto, si comparamos con detalle las antiguas creencias con las tradiciones medievales del Grial comprobamos que las similitudes entre ambas son numerosas, a pesar de que los romances medievales fueran dotándose de carácter cristiano.
Hoy la mayor parte de los estudiosos coinciden en esta interpretación simbólica. Esta alegoría de la búsqueda del conocimiento, ese paso de la ignorancia a la iluminación se vería representado, por ejemplo, en el person4je de Perceval descrito por Chrétien de Troyes. El joven aprendiz de caballero comienza su aventura como un analfabeto y, poco a poco, va alcanzando el conocimiento mientras avanza en su aventura. No parece tampoco casual el hecho de que la denominación que da Eschenbach a la "piedra del cielo", lapsis exillis, recuerde tanto al lapis, la piedra filosofal de los alquimistas. Muchos autores identifican ambas piedras y señalan que el Grial es un símbolo de la transmutación interna o la búsqueda espiritual. Este verdadero significado explicaría por qué la Iglesia pareció mostrarse al margen de las historias que se extendieron en la Edad Media sobre el Grial y que para Roma no serían más que herejías.
Como explica Atienza, "detrás de cada conjunto de mitos y de esquemas está siempre la configuración de algo que contiene el secreto universal y que, una vez hallado por el hombre, le descubrirá el misterio último de la vida, de la Realidad, del Conocimiento". ¿Se atreve usted a recorrer tan apasionante camino?.

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